Lo primero que debemos de hacer es medir los niveles de contaminación del aire. Para ello, os diremos que resulta difícil controlar algo de lo que no se tiene constancia. Por lo tanto, para garantizar la calidad del aire interior tendremos que implantar la medición de niveles de contaminantes en los espacios interiores. La temperatura y la humedad también han de controlarse puesto que pueden propiciar la aparición de diferentes patógenos como el moho, principal causante de numerosas enfermedades respiratorias.
Otro de los puntos principales es optimizar la optimización. El simple hecho de renovar el aire interior va a permitirnos deshacerse de los contaminantes cuya fuente está en el interior a través de la introducción de aire proveniente del exterior. Los contaminantes exteriores como las partículas en sus suspensión, las bacterias, el moho o el humo pueden evitarse a través de la utilización de filtros de alta eficiencia en los sistemas de ventilación.
Erradicar el tabaco de los edificios es fundamental. Para que se de una óptima calidad del aire interior, debemos de erradicar el tabaco dentro del edificio, sino también en las proximidades de los accesos. Además, es importante que la política anti-tabaco afecte a todo el edificio.
Utilizar productos de limpieza saludables es fundamental para respetar la calidad del aire interior. La utilización de los productos de limpieza más habituales contiene químicos que son perjudiciales para la salud. Por ello, es fundamental contribuir a mejorar la calidad del aire interior y a reducir la aparición de plagas, alérgicos medioambientales y olores desagradables.
Por último, instalar sistemas avanzados de purificación del aire también va a contribuir a mejorar la calidad del aire interior. Este tipo de dispositivos pueden incorporarse al sistema de ventilación mecánica, o situarse como diferentes elementos independientes. Entre los principales métodos utilizados para la purificación del aire destacan los filtros de carbono activado y de polarización activa, los sistema de radiación ultravioleta, y los sistemas de oxidación fotocatalítica.
Deja un comentario