Una de las principales ventajas que te comentamos desde Lanza Calidad, tratamiento de aguas es el ahorro energético que se produce. Podemos decir que la cal es un aislante térmico por lo que cuando se adhieren a las paredes de la caldera o a la resistencia de la lavadora o del lavavajillas, conlleva un exceso de consumo de energía para calentar el agua. Está comprobado que tan sólo un milímetro de cal acumulada puede conllevar un 16% de energía malgastada.
Además, el agua sin cal nos va a aportar un bienestar y una frescura en su higiene. Desde tratamiento de aguas podemos decir que el agua que se obtiene sin cal tras pasar por el descalcificador está especialmente indicada en aquellos casos de personas con la piel atópica y problemas de alergias a los carbonatos ya que evita los típicos picores producidos tras una ducha.
También es conocido que esta agua es ideal para lavar nuestro pelo, haciendo que se consuma menos champú y lo deja más suave, mucho más brillante y más fácil de peinar. Desde tratamiento de aguas os podemos asegurar que el agua sin cal que se produce gracias a los descalcificadores, es muy adecuada también para evitar la irritación de la piel al afeitarse y para la piel de los niños, que es mucho más delicada.
Desde Lanza Calidad, tratamiento de aguas os diremos que el agua sin cal se va a convertir en un elemento fundamental para nuestro hogar, sobretodo cuando hablamos de limpieza. Además, de que la ropa va a quedar mucho más limpia, más suave y conservará su color original sin necesidad de utilizar suavizasteis y detergentes.
El suelo va a quedar mucho más brillante porque no quedarán los restos de cal al fregarlo. Otra de las ventajas que nos vamos a encontrar es que no vamos a rayar los cristales y estos van a quedar totalmente transparentes.
Por último, desde tratamiento de aguas os podemos asegurar que los descalcificadores van a alargar la vida útil de nuestros electrodomésticos. El agua que contiene cal nos va a dar todo tipo de problemas cuando los restos se incrustan en las tuberías, este tipo de incrustaciones son muy comunes en aquellas instalaciones por las que circula el agua caliente como puede ser el calentador, la lavadora, las tuberías o el lavavajillas. Un exceso de cal va a provocar de forma segura un deterioro progresivo en nuestros electrodomésticos.
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