La importancia de la calidad del aire interior, un punto fundamental para nuestra salud que solemos pasar por alto.

Desde el blog de Lanza Calidad, os contamos a lo largo de este post la importancia que tiene la calidad del aire interior que respiramos en nuestro centro de trabajo o en nuestra casa.

A la calidad del aire interior de los edificios, en dónde pasamos largas horas de tiempo, no se le está dando la importancia que realmente tendría que tener. Uno de los problemas principales es la falta de sensibilización y de formación en este sentido y aunque en los últimos tiempos se ha mejorado mucho en la normativa de nuevos edificios se observan problemas que siguen afectando en el día a día de las personas.

Conseguir una buena calidad del aire interior va a depender de tener un buen proyecto de climatización, con estructuras adecuadas y haciendo uso de los materiales adecuados. El problema es que durante este proceso existen ciertos costes que no se quieren asumir y se pasan por alto.

Cuando hablamos de calidad del aire interior todos sabemos que afecta directamente a la salud, al bienestar y a la productividad de las personas, pero es muy difícil de poder cuantificarlo y en caso de hacerlo, este tipo de problemas repercuten poco en la conciencia de la gente.

Por lo general, la calidad del aire interior en los centros de trabajo no tiene importancia, salvo que se trate de grandes empresas. Pero, ¿se realiza un correcto mantenimiento de calidad del aire interior en estos espacios? Según los estudios realizados por expertos la respuesta es clara y concisa, no. Además de la falta de conciencia, le tenemos que sumar que el mantenimiento para asegurar la calidad del aire no es un gasto, sino una inversión. Cuando tengamos claro este punto, muchos de los problemas de salud que se trasladan a bajas laborales dejarán de ser un problema.

La normativa que existe en este sector establece una serie de parámetros que se cumplen durante la fase de diseño, sobretodo en los edificios grandes, pero con el paso del tiempo nos encontramos que son los mismos edificios los que no cumplen con estos parámetros, sobretodo en la fase de explotación y de mantenimiento del edificio.

La calidad del aire interior empieza en nosotros, cada vez tenemos que concienciarnos más que el aire que respiramos afecta directamente a nuestra salud. Hasta que no lo veamos así, tendremos un problema en constante crecimiento.